Teniente Coronel de Infantería DEM.

José María García Discua

LA VISIÓN CÓSMICA Y LA CREACIÓN

 

El presente artículo recopila un apasionante paseo por el cosmos; donde la apoteosis es compartida por una serie de posturas de líderes entusiastas en relación al tema, que consienten sobre una búsqueda implacable de episodios que pretenden responder, no solo a preguntas sin respuestas, sino más bien, al afianzamiento de una cosmovisión sobre el universo y su propia percepción.

Al referirnos a nuestra esfera cósmica, en opinión y como un líder conceptúo; ser integrada por un conjunto de astros con diferentes componentes, formadas como membranas o galaxias que albergan a la vía láctea y a otras; con sus respectivos sistemas de evolución, que dan vida y origen a lo que llamamos universo, en su inmensidad éste, podría aproximarle a una dimensión y tamaño de infinidad, parecida a la misericordia y a la gracia del Creador del Universo.

Dichosos serian todos aquellos, que un día descifren las variables y enigmas que rodean al universo mismo, con todas sus constelaciones; más bienaventurados seamos los inscritos en el libro de la vida, pues muchos líderes compartimos y sentimos “La pasión por el cosmos”, con el afán de fortalecer más sobre la ciencia y su origen, pero también muchos somos los de fe Trinitaria.

El astrofísico británico Stephen Hawking (1942-2018) fue un especialista en la teoría del “Big bang”, “La gran explosión”, un extraordinario científico cuyo legado sobrevivirá por muchos años, quien un determinado día dijo “El universo no sería gran cosa si no fuera hogar de la gente a la que amas”, una historia enigmática sobre agujeros negros y por intentar unificar dos grandes conceptos de la física del siglo XX, “La teoría de la relatividad y la mecánica cuántica”

Teorías de ciencia científica que fueron superadas por Hawking con el avance y uso de la tecnología; en comparación de las anteriores como: “La teoría heliocéntrica” de Nicolás Copérnico (1473-1543), sustentada también por “La teoría del movimiento de la tierra”; fundamentada con observaciones telescópicas (1604); de Galileo Galilei (1564-1642) y “La ley de la interacción o mecánica cuántica a razonamientos matemáticos” de Isaac Newton (1642-1727)

Sin embargo Albert Einstein (1879-1955) desvió su atención hacia otra dimensión que no fue solo el apasionante mundo del cosmos, pero si lo comparte en sus muchos escritos, para el caso: “El mundo como yo lo veo” donde profundiza un mensaje por lo desconocido y dice “La experiencia más bella que puedo tener es el misterio. Es la emoción fundamental que se encuentra en la cuna del verdadero arte y la verdadera ciencia. Quien no lo conozca y no se pregunte por ello, no se maraville, está como muerto, y sus ojos están oscurecidos”, entonces nos incita a que seamos investigativos.

Estos científicos merecen gran reconocimiento por su emotiva especialidad, quienes aportaban e inspiraban a conocer más acerca de lo desconocido del universo; sin prejuicios no es malo que disfrutemos y compartamos ese entusiasmo en un marco de respeto y consideración a lo que si ya está claramente definido y conocido como es la palabra de Dios, escrita en la Biblia y algunos escritos de muchos hombres que han sido inspirados por el mismísimo creador, quienes con sus palabras, comparten buenos mensajes.

Tristemente en cierta ocasión una persona cuestionaba sobre la existencia de Dios, “Con teorías de conspiración” pero alguien le respondió con mucha mansedumbre; que es un asunto y cuestión de la misma fe, y el arriesgarse a una creencia puede ser más beneficioso no solo para la salud y la felicidad, sino para la misma vida y a diferencia de la incredibilidad podría la pérdida total de una promesa divina, en donde el próximo nexo es el Cielo.

En esta apologética se evidencia que la ciencia sigue siendo la defensa a la misma fe, he aquí una gran teoría: “Dios crea varias eras, y épocas, en un pasado muy remoto creó el universo (cielos y tierra), una creación para ser habitada, e hizo el universo para ser habitado”, (Génesis 1:1) Dios crea los cielos, incluido en ello estrellas, nuestro sol, y crea la tierra. Todo ocurre antes de la restauración y compostura del planeta tierra, y en el orden perfecto ha creado también sus leyes: cristianas, físicas, químicas, biológicas etc.

Lo sugestivo en esta pasión y visión cósmica es que: Jesús sigue siendo nuestro líder y vino a la tierra por nosotros, a darnos vida e hizo cosas que no están escritas, pues solamente planto el escenario; y sí podrían habitar seres en distintos planetas y satélites es una probabilidad, pero lo interesante de la historia es que Jesucristo vino a la tierra y no a la luna, y vino a salvar a los suyos, a quienes les dio potestad de ser llamados hijos de Dios y eso está al alcance de todos, Juan 1;12

Concluyo que la visión cósmica no es más que el compartir con entusiasmo y alegría una gran variedad entre “Universo, tecnología, ciencia y fe” como también “La Profecía es un estado de la Gloria de Dios”, como lo dice la parábola de “él rico y Lázaro”; así que liberemos mentes y abramos el corazón, ya que la salvación de Dios depende y está en este cuerpo y cuenta lo que hagas con él y fuera del cuerpo ya no habrá nada y está aquí en la tierra, el cual también es parte de ella, pues la oferta es en el Cielo y como dijo Jesucristo en la casa de mi Padre muchas moradas hay, San Juan 14., y esperan por ti.

En ese sentido estimo desde mi perspectiva que vendrán muchos pioneros de la ciencia que reconfirmaran con nuevas teorías y descubrimientos lo escrito hace decenas de siglos en las sagradas escrituras.